Estamos casi acostumbrados a ver movilizaciones de distinto tipo bajo el lema común ¡Basta ya¡, pues hoy quiero entonar un ¡basta ya¡ de recibir mensajes negativos a cerca de nuestra actividad profesional diaria.
En el último mes he asistido a mensajes del tipo: “la prescripción de medicamentos no es adecuada a los problemas de salud del paciente”; “la duración media de los procesos de IT excede lo necesario”; “la derivación a la atención especializada hospitalaria es excesiva”; “la derivación a la urgencia hospitalaria se realiza sin una adecuada justificación y sospecha diagnostica”; “somos los responsables de las listas de espera en atención primaria”. Y podría seguir con largo etc.
Lo anterior no puede quedar justificado por la crisis económica, el uso eficiente de los recursos y quizá más los de gestión pública, es un deber continuo y lo contrarío nunca puede ser justificado por la situación de bonanza o crisis económica.
Los médicos de familia que trabajamos en la atención primaría de salud, desde nuestro balcón o mirador como dicen algunos compañeros, intuimos de qué va esto, ya hemos vivido otras etapas en las cuales se nos acusaba de ser casi unos “derrochadores” de recursos, adictos poco menos que a la ineficiencia e indolencia en nuestro hacer diario.
En los últimos años asistimos a la cada vez menos frecuente elección por parte de los MIR de la especialidad de Medicina de familia, lo que se justifica por su menor prestigio social, menor retribución económica y un trabajo en condiciones más precarias hasta conseguir la tan anhelada plaza fija. Pero, ¿qué mensaje estamos haciendo llegar a los residentes actuales cuando escuchan lo que decía al principio?
Hace unos meses y con ocasión de un artículo publicado en Med Clin, concluía diciendo que los médicos de familia estamos en el lugar que hemos permitido y aceptado que se nos colocara. Pero una cosa es que adaptemos nuestro perfil profesional a las necesidades de sociedad de la que formamos parte, y otra aceptar ser catalogados de ineficientes.
Recojo una frase de Robert L. Potter, citado por Simón Lorda, hablaba de la ética de las organizaciones sanitarias como "el discernimiento de los valores para guiar las decisiones de gestión que afectan al cuidado del paciente". O dicho de otra manera, los centros de decisión deben articular una respuesta de contenido ético, ante los retos que presenta la asistencia sanitaria. Y todo para proporcionar el mayor nivel de salud posible al paciente. Una organización por tanto, debe asumir valores éticos para guiar las decisiones de gestión”.
El ejercicio de la medicina lleva implícito un código deontológico/ético del cual forma parte el uso eficiente de los recursos, quizá el problema resida en que entendemos cada uno de los actores: ciudadanos, gestores, políticos, médicos, por un uso eficiente de recursos. Como decía la posición del médico de familia que trabaja en atención primaria es una posición privilegiada en cuanto al horizonte al cual está abierto, pero la amplitud de este mismo horizonte a veces, le hace victima en los tiempos difíciles.
No debemos dejarnos avasallar
ResponderEliminarLa gestión de los servicios sanitarios asistenciales ha de identificarse básicamente con la gestión de los profesionales -principalmente médicos- que son, han sido
ResponderEliminary serán los casi únicos impulsores de los procesos de producción que conducen a la mejora de la salud.
Elvira Guilera (1977)*
La ineficacia/ineficiencia es difícil de medir y muy fácil y cómoda de usar desde la demagogia de quien "manda" y no sabe qué hacer en la dificultad.
ResponderEliminar"Que el hospital rebosa"... culpa de AP. "Que se consume mucha atorvastatina y clopidogrel"... culpa de AP. "Que una lumbalgia tarda en ser evaluada en AH 3 meses y mientras es posible que esté en IT"... culpa de AP. "Que ese paciente sale a los 3 meses con condroprotectores, IBP carísimos y su dolor"... culpa de AP.
Cada vez es más necesaria la CONTRA-REFORMA de la AP, profesionalizar la gestión, callar a los demagogos, poner a muchos liberados a trabajar y enseñar a no usar términos como eficacia/eficiencia sin saber cómo es de verdad la AP desde dentro de la consulta.
Un abrazo fuerte desde Piedrabuena.