Conocéis que la mayoría de los estudios realizadas y publicados en España relacionados con Declaración de Voluntades Anticipadas, mayoritariamente exponen resultados referidos a grado de conocimiento e intención de redactar/otorgar un Documento de Voluntades Anticipadas (DVA). El trabajo de Nebot C et al, publicado recientemente en Gaceta Sanitaria, esta realizado en ciudadanos/pacientes que ya han redactado su DVA, y dan a conocer tanto el perfil de estos como la actuación de los médicos responsables. Destaca en lo primero que el 73,8% utilizaron un documento previamente redactado por una determinada confesión religiosa. La edad media de los solicitantes era de 54 años, con un rango entre 18 y 95 años. El 40,3% se otorgan en el intervalo de edad de 46 a 65 años. El 68,4% están otorgados por mujeres. Limitar el esfuerzo terapéutico y obtener fármacos para aliviar el dolo son las razones habituales para inscribir DVA.
Respecto de los médicos la forma que tuvieron de saber si el paciente había otorgado voluntades anticipadas fue preguntando a la familia. La mayoría era consciente del derecho del paciente a que se respeten sus voluntades anticipadas, si bien sólo la mitad se lo había planteado, ante un paciente en situación terminal grave. Los motivos para no consultar el registro de voluntades anticipadas fueron, para la mayoría, no disponer de clave de acceso y no saber como hacerlo.
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